Campamento de familias 2018 – Crónica y vídeo resumen

Hace una semana finalizaba en Campamento de Familias 2018. Ahora, Marcos V. comparte una crónica de lo vivido en esos días y Mario Ramos nos ofrece una crónica visual en forma de vídeo.

Ahora que estamos en verano, ¿por qué no nos vamos de crucero? ¿Os animáis? Pero no os hablo de ese tipo de cruceros tan lujosos y caros que os llevan por las islas griegas o por el Caribe. No, no. Os hablo de un viaje todavía más emocionante, una aventura a las profundidades de vuestra barca, de vuestra historia, de vuestro navegar en la vida. “Eso es una locura” -estaréis pensando- pero yo os invito a que confiéis, porque el que se adentra en este viaje imprevisible, recibe mil veces más de lo que esperaba encontrar.

Del 27 al 29 de julio, la parroquia San Leandro ha podido disfrutar una vez más de su tradicional campamento de familias. Y este año, todos juntos, nos hemos embarcado en un crucero: el crucero de nuestra vida como personas y, especialmente, como cristianos seguidores de Jesús. Un crucero que tenía un destino claro, al que todos estamos llamados: la Santidad.
Muchos pensaréis que es una meta imposible de alcanzar, o que es algo que está pasado de moda, o incluso que queda lejos de nosotros, reservado solo para sacerdotes, monjas y personas que han consagrado su vida. Y sin embargo, esto no es así.

Creo que el campamento nos ha regalado la oportunidad de entender que la Santidad no es una meta, sino un camino, y que no consiste en hacer grandes cosas, sino en que hagamos las pequeñas cosas con mucho amor, amor a Dios y a nuestros hermanos. El campamento también nos ha hecho ver que la Santidad no es algo que sale solo de nosotros, sino que nos viene de Dios, y nos lanza a nuestro día a día con un mensaje de esperanza: “No tengáis miedo, que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos”.

A través de la figura de santos como San Felipe Neri, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola o San Eugenio de Mazenod, Santa Josefina Bakhita o San Agustín, hemos aprendido a vivir los valores centrales del cristiano en su andar hacia la Santidad. Hemos aprendido a ser pacientes, y hemos descubierto que la paciencia nos permite ver en la fragilidad del otro una oportunidad de entrega y amor constante; hemos aprendido que no existen cristianos tristes, y que la vida es un regalo demasiado grande como para no vivir en Alegría; también hemos mirado frente a frente a nuestros miedos y hemos luchado contra ellos; hemos soltado los remos de nuestra barca a través de la confesión para decirle al Señor que queremos que sólo Él tome el timón de nuestra vida; hemos profundizado en la experiencia del servicio y la vida en comunidad, entregándonos a los demás tal y como somos; hemos visto que nuestro motor de vida pasa por la oración, y que esta nos mueve al amor y el amor de nuevo a la oración; y también hemos valorado la importancia del discernimiento y del caminar día a día en presencia de Dios.
Este ha sido nuestro campamento de familias 2018, y creo que desde una imagen muy sencilla cada uno de los que hemos participado en esta aventura hemos podido entrar en el misterio y el increíble regalo que es la vida, nuestra vida y la de todas las personas que están a nuestro lado. Ha sido una semana que Dios nos ha regalado a todos para descansar en él y para mirar nuestra barca, llena de momentos, emociones, personas, experiencias… Ha sido una semana para dar gracias, para pedir perdón, y también para disfrutar en familia de la naturaleza, la oración, la eucaristía y un montón de juegos y talleres.
Ha sido una semana “FARO” para todos, para grandes y pequeños, porque cuando ponemos nuestra confianza en Dios y nos entregamos con humildad, Él se encarga de transformarnos, y nos llena la alegría de saber que con Él todo es más fácil, a pesar de que nuestra barca pase por tormentas que por nosotros solos no podemos superar.

Porque Él siempre va a estar ahí, confía, y siente a Jesús que te llama a parecerte cada vez un poquito más a Él. Es en esto en lo que consiste la SANTIDAD.

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2 comentarios

  1. Sólo quiero daros las gracias por la cantidad de mensaje que me habéis transmitido,y la sana envidia que me ha dado. GRACIAS.

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